Calle Santo Tomás
Calle Marcelino Domingo (17/10/1936)
Calle Santo Tomás (1938)
Santo Tomás de Aquino (Llamado Doctor Angélico; Roccaseca, actual Italia, 1224 - Fossanuova, id., 1274) Teólogo y filósofo italiano. Máximo representante de la filosofía escolástica medieval, abordó brillantemente una profunda y perdurable reformulación de la teología cristiana, que apenas había recibido aportaciones relevantes desde los tiempos de San Agustín de Hipona, es decir, durante los ocho siglos anteriores.
Hijo de una de las familias aristócratas más influyentes de la Italia meridional, estudió en Montecassino, en cuyo monasterio benedictino sus padres quisieron que siguiera la carrera eclesiástica. Posteriormente se trasladó a Nápoles, donde cursó estudios de artes y teología y entró en contacto con la Orden de los Hermanos Predicadores. En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de Federico II para que sus dos hermanos, miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en el castillo de Santo Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los dominicos, a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que obtuvo el título de maestro en teología.
Durante estos años estuvo al cuidado de San Alberto Magno, con quien entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de pertenecer ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta de crítica, del nuevo saber grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba masivamente a las universidades y centros de cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las cátedras reservadas a los dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción de sus primeras obras, en las cuales empezó a alejarse de la corriente teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas de San Agustín de Hipona.
En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de la corte pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien acompañaba en sus viajes. Durante estos años redactó varios comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, finalizó la Suma contra los gentiles, obra en la cual repasaba críticamente las filosofías y teologías presentes a lo largo de la historia, e inició la redacción de su obra capital, la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado entre 1267 y 1274 y que representa el compendio último de todo su pensamiento.
Tomás de Aquino supo resolver la crisis producida en el pensamiento cristiano por el averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico que arranca del filósofo árabe Averroes (1126-1198). El averroísmo resaltaba la independencia del entendimiento guiado por los sentidos y planteaba el problema de la doble verdad, es decir, la contradicción de las verdades del entendimiento y las de la revelación.
En oposición a esta tesis, defendida en la Universidad de París por Siger de Brabante, afirmó la necesidad de que ambas fueran compatibles, pues, procediendo de Dios, no podrían entrar en contradicción; ambas verdades debían ser, además, complementarias, de modo que las de orden sobrenatural debían ser conocidas por revelación, mientras que las de orden natural serían accesibles por el entendimiento; filosofía y teología son, por tanto, distintas y complementarias, siendo ambas racionales, pues la teología deduce racionalmente a partir de las premisas reveladas.
A medio camino entre el espiritualismo agustiniano y el naturalismo emergente del averroísmo, defendió un realismo moderado, para el cual los universales (los conceptos abstractos) existen fundamentalmente in re (en las cosas) y sólo formalmente post rem (en el entendimiento). En último término, Tomás de Aquino encontró una vía para conciliar la revalorización del mundo material que se vivía en Occidente con los dogmas del cristianismo, a través de una inteligente y bien trabada interpretación de Aristóteles.
Marcelino Domingo Sanjuán (Tarragona, 26 de abril de 1884 - Toulouse, 2 de marzo de 1939) fue un maestro, periodista y político español, varias veces ministro durante los gobiernos de la Segunda República.
Nacido en Tarragona, obtuvo en esa ciudad el título de maestro, en 1903. Era hijo de un guardia civil sevillano y una mujer tarraconense. Ese mismo año se trasladó a Tortosa, donde empezó a ejercer la docencia y entró en contacto con los ambientes republicanos.
En Tortosa dirigió un periódico republicano, El Pueblo.
Su carrera política se inició en 1909, cuando fue elegido concejal republicano del Ayuntamiento de Tortosa. Su influencia en los círculos republicanos se consolidó con su entrada en el Consejo General de la Unión Federal Nacionalista Republicana (UFNR), y su posterior elección como diputado en Cortes en las elecciones de 1914. No obstante, abandonaría la UFNR como consecuencia del fracaso de la alianza electoral con los radicales de Alejandro Lerroux en los comicios de 1914.
Durante algún tiempo estuvo vinculado a la CNT. En el ámbito periodístico llegó a dirigir el periódico barcelonés La Lucha y fue redactor del diario La Publicidad. Durante la llamada Crisis de 1917 publicaría en el La Lucha un famoso artículo, «¿Qué espera el Rey?», en el que atacó duramente a la monarquía.
Su actividad política fue en aumento durante la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera. Así, participó en la creación del Bloc Republicà Autonomista (BRA) en 1915, formación que fracasó, y dos años después sería uno de los fundadores del Partit Republicà Català. Es uno de los protagonistas de la Asamblea de Parlamentarios y de la preparación de la huelga general revolucionaria impulsada en 1917 por el PSOE y la UGT, entre otros. Domingo es el principal propulsor de la propuesta de autonomía para Cataluña, rechazada por las Cortes monárquicas en 1918, e impulsó también la efímera plataforma republicana Alianza de Izquierdas, en la que se integrarían el PSOE y varias formaciones republicanas.
En 1928 publica su ensayo Libertad y Autoridad en la colección Biblioteca de Vanguardia de Javier Morata (Madrid). Esta editorial también publica en 1930 su obra ¿Qué espera el Rey?.
El Partit Republicà Català se acabaría uniéndose con otras fuerzas para formar Esquerra Republicana de Catalunya. Sin embargo, Marcelino Domingo acabaría abandonando las filas del catanalismo político. En julio de 1929 fundó junto a Álvaro de Albornoz el Partido Republicano Radical Socialista, organización desde la que participó en 1934, junto con Manuel Azaña (Acción Republicana) y Santiago Casares Quiroga (ORGA), en la creación de Izquierda Republicana.
Considerado por Antonio Checa Godoy como «inspirador» del Diario de Tarragona, la publicación llegaría a apoyar en varias ocasiones las candidaturas electorales encabezadas por Marcelino Domingo. Fue elegido diputado en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931, por la circunscripción de Barcelona. En los comicios de 1933, sin embargo, no logró revalidar su escaño. Volvería a obtener acta de diputado por Barcelona en las elecciones de 1936.
Marcelino Domingo fue ministro de Instrucción Pública durante el primer bienio de la República, entre abril y diciembre de 1931. En su etapa como ministro de Instrucción Pública tomó medidas significativas como la conversión de la enseñanza religiosa en materia voluntaria, la autorización del bilingüismo en las escuelas de Cataluña y el programa de construcción de nuevas escuelas de enseñanza. Tras su cese sería sustituido por Fernando de los Ríos. Ejercería como ministro de Agricultura, Industria y Comercio entre diciembre de 1931 y junio de 1933, y como ministro de Agricultura entre junio y septiembre de 1933.16 Volvería a desempeñar la cartera de Instrucción Pública en el primer gobierno del Frente Popular, entre febrero y mayo de 1936. Tras el estallido de la Guerra civil no llegó a desempeñar un papel relevante. Entre 1937 y 1938 realizó una gira por Hispanoamérica en favor de la causa republicana,18 visitando Cuba, México y otros países.
Falleció en un hotel de Toulouse el 2 de marzo de 1939, tras haber marchado al exilo.
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