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SALVADOR BELLÉS SABATER

  • Foto del escritor: Carlos Renau Merce
    Carlos Renau Merce
  • hace 6 horas
  • 3 Min. de lectura

Salvador Bellés Sabater: la vida entera al servicio de la cultura de Castellón


Salvador Bellés Sabater nació en Valencia el 3 de diciembre de 1932, aunque siempre se sintió castellonense de corazón. La vida no se lo puso fácil desde pequeño: perdió a su madre cuando apenas tenía dos años y poco después también a su padre. Fue su tía Petra, junto a sus tíos Manuel y Joaquín, quienes lo criaron con esfuerzo y cariño. Pasó su infancia a caballo entre Castellón y Culla, en el Alto Maestrazgo, lugares que marcaron su carácter y su amor por las raíces.


Desde niño mostró una curiosidad insaciable. A los once años comenzó como aprendiz en una farmacia, donde descubrió la alquimia de los preparados magistrales. Aquel primer contacto con la botica se mezcló pronto con sus inquietudes artísticas: fue cronista deportivo —especialmente de ciclismo—, locutor de radio, presentador de galas, actor de teatro y agitador cultural en todo lo que se moviera en Castellón.


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Su gran etapa vital comenzó a finales de los años cincuenta, cuando se incorporó a la histórica Librería Armengot, fundada en 1865. Allí, Salvador se convirtió en algo más que un librero: fue un auténtico dinamizador cultural. En torno a sus estanterías nacieron tertulias, amistades y proyectos. De su mano surgió el Premio Armengot (1969–1984), un certamen literario que dio voz a escritores como Carmen Nonell o Vicente Pallarés Porcar. También fue impulsor de la primera Feria del Libro de Castellón, convencido de que la ciudad merecía un escaparate literario propio.


Pero Salvador Bellés no se limitó al mundo de los libros. También se adentró en el mundo del espectáculo, abriendo locales como L’Hostal de la Llum, Tombatossals o Bohío en Benicàssim, que llegaron a acoger a figuras de la talla de Raphael, Julio Iglesias, Rocío Jurado o Raffaella Carrà. Su empeño era siempre el mismo: acercar la cultura y el arte a la gente, en cualquiera de sus formas.


En 1984, junto a José Sánchez Adell y Paco Pascual, fundó la editorial Inculca. De ahí nacería cada año la revista “Castelló, Festa Plena”, una crónica viva de la ciudad y de su fiesta, publicada sin interrupción hasta 2009. Y cuando en 1992 cerró la librería Armengot, el Ayuntamiento de Castellón le abrió sus puertas como asesor cultural. Desde allí organizó conciertos, exposiciones, publicaciones y actos que marcaron la vida cultural de toda una generación.


Como escritor, dejó una huella imborrable con su serie de biografías “Seres Humanos de Castellón”, publicada en El Periódico Mediterráneo y recogida después en seis volúmenes. Retrató en ellas a decenas de personajes locales, desde figuras ilustres hasta personas anónimas que, con su esfuerzo, habían contribuido a la identidad de Castellón. Su pluma también nos dejó títulos como Conversaciones con el guitarrista Francisco Tárrega, El humo de los barcos o Familias de Castellón.


Hasta el final de sus días, Salvador fue un referente cultural y un “ilustrado del pueblo”, como lo llamaban sus amigos del “racó dels sabuts de Castelló”. Falleció el 10 de mayo de 2025, a los 92 años, y la ciudad lo despidió en la Concatedral de Santa María, arropado por familiares, amigos y representantes del mundo cultural.


Su vida fue la de un hombre que jamás se cansó de sembrar cultura, de animar a leer, a pensar, a descubrir. Salvador Bellés Sabater no solo contó la historia de Castellón: pasó a formar parte de ella.

 
 
 

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