Calle del Cementerio (13/05/1861)
Cardenal Costa (31/07/1929)
Se denominó antes del Cementerio, por conducír la misma a la nueva Necrópolis, inaugurada en 13 de Mayo de 1861, cuyo camino estaba antes plantado de cipreses, y posteriormente de pinos.
Se dio el actual nombre en sesión de 31 de Julio de 1929.
Costa y Borrás, José Domingo. Vinaroz (Castellón), 14.I.1805 – Tarragona, 14.IV.1864. Arzobispo de Tarragona, senador.
De familia acomodada, hizo sus estudios en el Seminario de Tortosa y en la Universidad de Valencia, en la que se doctoró. Obtuvo por oposición la Canonjía doctoral de Játiva, Tortosa, Zaragoza y Valencia. En la Universidad de Valencia obtuvo sucesivamente tres cátedras de Derecho Canónico desde el 19 de julio de 1830, unidas dos de ellas a la dignidad de pavorde de aquella metropolitana iglesia. Sus ideas eran tan conservadoras que, al plasmarlas en los contenidos de sus clases, perdió la cátedra en 1840 y no le fue devuelta hasta la caída de Espartero y con el Partido Moderado en el poder. Se reanudaron entonces las relaciones con la Santa Sede y el nuncio de Su Santidad lo llamó a Madrid, junto al distinguido Balmes para preparar los trabajos del Concordato, trabajos que lo detuvieron en Madrid hasta noviembre de 1848. En ese tiempo, recibió el nombramiento de obispo de Lérida y fue consagrado en Madrid el 19 de marzo.
En junio de 1849 fue presentado por la Corona para la de Barcelona, en la que fue preconizado en Portici el 7 de enero de 1850. En 1854 presentó una exposición a las Cortes Constituyentes en la que pedía intolerancia de cultos, por lo que fue desterrado y llamado a la Corte, desde donde de manera permanente solicitó la vuelta a su diócesis, deseo que, aunque se le concedió por Real Orden de 11 de enero de 1855, no pudo ver realizado, pues por otra del 28 del mismo mes fue desterrado a Cartagena. Allí permaneció, sin cesar de mantener en sus numerosas pastorales posturas excesivamente extremistas contra la desamortización, la libertad de prensa, en defensa de las monjas, el papado, etc., hasta que por Real Decreto de agosto de 1856 se le permite regresar a su silla episcopal. El 9 de abril de 1857 fue presentado por la Corona para el Arzobispado de Tarragona; recibió el palio y fue acogido como tal en dicha ciudad el 3 de noviembre. En 1858 solicitó su ingreso en la Cámara Alta en calidad de senador por derecho propio como comprendido en el párrafo 2 del artículo 14 de la Ley de 17 de julio de 1857 por la que se reformaban varios artículos de la Constitución de 1845. Fue admitido y juró tomando posesión del cargo el 21 de enero.
Aunque siempre respetó las instituciones monárquicas, continuó su oposición al liberalismo y defendió las inmunidades eclesiásticas. Atacó las doctrinas liberales en el folleto Las Postdatas, que escribió bajo seudónimo. Su rigor religioso le valió el apoyo de la Santa Sede, por lo que fue nombrado prelado doméstico, noble romano y asistente al Solio Pontificio, incluso estuvo previsto su nombramiento de cardenal.
Primado de las Españas, caballero Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III y de la Americana de Isabel la Católica, miembro del Consejo de Su Majestad, falleció tras una penosa enfermedad en Tarragona el 14 de abril de 1864 a las doce horas de la mañana, lo que comunicó al Senado el día 16 el gobernador eclesiástico de su diócesis.
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