Calle Barraca o Forn de Fores (s.XIII)
Calle Horno de Barracas (18 de Junio de 1864)
Calle Barracas
Primera calle construida en Castellón. Posiblemente existiera en ella alguna casa-barraca.
Existía en ella uno de los primeros hornos de Castellón.
En su origen, cuando no existía la plaza Santa Clara, la calle Barracas llegaba hasta la Plaza Vieja (Plaza Mayor).
Lo que hoy queda de aquella calle es algo menos de la mitad de su longitud primitiva. La construcción de la plaza Santa Clara y la posterior ampliación ha traído consigo la reducción de la calle Barraca Su nombre posiblemente sea debido a la existencia de una barraca en la misma calle y en los últimos cinco siglos no ha cambiado el nombre. Sin embargo se sabe que en el siglo XV se la conocía también como carrer del forn de Forés. Este horno pasó en el siglo XVI a la familia Agramunt, luego a la familia Sisternes y se comunicaba su parte trasera con la calle Enchin, hoy calle Vera. Hay que tener en cuenta que en aquella época un horno era uno de los edificios más singulares de la ciudad, era un servicio y además un punto de encuentro, lugar en donde las mujeres comentaban todos los acontecimientos que día a día se vivían.
Muchas calles eran conocidas haciendo referencia a dicho establecimiento, así el horno de esta calle también sirvió para designar al callejón situado al sur del convento y que desde la calle Mayor llegaba a enlazar con la calle Barraca precisamente donde estaba el horno y por este motivo según consta en el libro de actas del Ayuntamiento del 18 de junio de 1864 se acordó designar con el nombre de Callejón del horno de la Barraca el que se halla entre el instituto provincial y casa de los herederos de D. José Catalá. Posteriormente y ya en el siglo XX se la conocía con el nombre de Pintor Vergara, como hemos citado anteriormente.
El Libro de Valúes de la Peyta, de 1785 conservado en el Archivo Histórico Municipal nos habla de la composición del vecindario. Su gente pertenecía a profesiones variadas y se caracterizaba por estar en el “centro” de la Vila. Era una calle estrecha que servía de paso para ir al mercado y a la Iglesia de Santa María. Diez vecinos se dedicaban a la agricultura, bien como propietarios, cultivadores o jornaleros, nueve se dedicaban a labores manufactureras o pertenecían al sector secundario, dos eran comerciantes y el tercero figuraba únicamente como propietario de una casa. Como dato curioso cabe destacar que sólo nueve vecinos habitaban en casa propia, siendo el resto arrendatarios. La mayoría de las casas tenían una navada de dimensión, medida habitual en esta época que equivale a unos cuatro metros. Algunos apellidos de los vecinos pueden llamarse “de soca”, otros denotan la procedencia de otras localidades como: Rubio, Estellés, Tomás, Guinot, Ariño, Hernández, León, Mercé, Esteve, Gómez, Polo, Fauró, Causanilles, Aniento, Martí, Prades, Armengol, Fabregat y Camañes.
“La tradición dice que fue ésta la primera calle construida en Castellón, aunque no existe fundamento sólido que lo acredite, diciéndose igualmente que su nombre es debido a haber existido en ella una casa barrada, construcciones tan típicas en la huerta valenciana.”
Texto: Vicente Gimeno Michavila.
Denominación por acuerdo de 18 de Junio de 1864: “Colocar la inscripción de la calle con el nombre Horno de Barracas, la que se halla entre el Instituto de la Ciudad y la casa de los herederos de D. José Catalá”.
Nota 1: Esta calle, en el entorno del Convento de Santa Clara, era un callejón, donde abrian las puertas falsas de las casas, de tan poca importancia que en 28 de Junio de 1901 se estudió cerrar con rejas, para evitar la suciedad del mismo.
Nota 2: “Fou al segle XV, al començament del regnat de Ferran d’Aragò , el d’Àntequera, quan una terrorífica epidemia de paludisme arrasá aquesta terra, provinent del pésim cultiu dels arrossals que enlluentaven tot el terme amb les aïgues embassades. De results d’aquesta plaga la mort entrá com un torrent destrossant families enteres del poblat de Fadrell, antiga colonia de Borriana, envaient d’angoixa y sofriment als pocs sovrevivents que quedaren els quals foren allojats pels veins del carrer Barraques, que encara era tans sols un agrupament de barraques valencianes y cases de peixcadors. Aleshores per aquest esdeveniment fou renovat y convertit en una travessia normal de Castellò”. (Manuel Mesado.)
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