Calle Huerto de la Breva (1864)
Calle Meéndez Nuñez (27/07/1894)
HUERTO DE BREVA.- (HORT DE BREVA).
Nombre debido al propietario colindante de los solares del Armelar en que se ubica.
Denominación acordada el 18 de Junio de 1864: ”El Ayuntamiento acuerda denominar calle del Huerto de Breva la que forma al principio del extremo sur de la calle de Talecons (hoy San Francisco) y termina en la muralla, entre el huerto de Breva y la fábrica de tejas y ladrillos de Andrés Roig, alias Manentus.”.
Casto Méndez Núñez. (Vigo, 1824 - id., 1869) Marino español. Luchó contra los piratas en Filipinas (1857-1862). Durante la guerra del Pacífico, entre Perú y Chile por un lado y España por el otro (1866), dirigió la escuadra española y bombardeó la ciudad de Valparaíso; a continuación atacó las fortificaciones del puerto de El Callao (2 de mayo de 1866), acción que le valió el ascenso a teniente general (1867).
Casto Méndez Núñez pertenecía a una distinguida familia gallega con antigua y acusada tradición militar. Iniciado desde muy joven en la Marina, a los dieciséis años era guardiamarina y a los diecisiete iniciaba en el Nervión su carrera profesional. En 1842, a raíz de los méritos mostrados en un viaje a Fernando Poo, fue promovido a alférez de navío, debiendo dispensarle la edad para tal ascenso. Posteriormente fue destinado al vapor Isabel II y al Volador, en el que ejerció como instructor de guardiamarinas. Tomó parte en la expedición enviada en auxilio del papa Pío IX en 1848.
Ya como teniente de navío (1850), mandó en sucesivos viajes la corbeta Berenguela y la urca Niña (1851-1852). Desde 1855, y por dos años, fue auxiliar de secretaría del Ministerio de Marina. Vuelto al mar, tuvo una notoria actuación en las luchas contra los piratas de Filipinas (1857-1862), destacando en una célebre acción en Mindanao, al hacer posible la victoria de las armas españolas con una audaz maniobra consistente en embarrancar su buque en el fango y entrar por una tronera al fuerte enemigo; esa acción motivaría su ascenso a capitán en 1862.
Mandó como comandante el vapor Isabel II (1862-1864), la fragata Princesa de Asturias y la fragata blindada Numancia (1864), que debía dirigirse al Pacífico, donde se habían desencadenado los incidentes que desembocarían en la llamada guerra del Pacífico (1864-1871). El arriesgado pero exitoso viaje hasta éste por el estrecho de Magallanes con un barco de esas características le valió el ascenso a brigadier de la Armada en 1865.
Al suicidarse el almirante Pareja (1865), Méndez Núñez hubo de tomar el mando de las fuerzas navales en el Pacífico, justo en el momento en que Perú declaraba la guerra a España y Chile se negaba a satisfacer las demandas españolas. Tras dirigir el combate de Abtao, el ministro de Marina, Bermúdez de Castro, le instó a actuar contundentemente, y Méndez Núñez le respondió con el famoso despacho del 24 de marzo de 1866 donde se declaraba dispuesto a correr todos los riesgos, porque “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”, frase que habría de tener un trágico epilogo en 1898.
De este modo, presentó un ultimátum al gobierno chileno, y bombardeó Valparaíso con dos fragatas el 31 de marzo de 1866, al expirar el término del mismo. Ante las críticas despertadas por tal acción contra una ciudad casi indefensa, buscó reivindicarse con el ataque a el puerto de Lima, El Callao, formidablemente defendido, siendo jefe de una escuadra compuesta por las fragatas Almansa, Berenguela, Blanca, Resolución, Vencedora y Villa de Madrid, además de la Numancia. El bombardeo, en el que fue herido por una granada y hubo doscientas bajas, tuvo lugar el 2 de mayo y fue considerado en España todo un éxito, que convirtió a Méndez Núñez en un héroe nacional.
Vuelto a España, Méndez Núñez ascendió primero a jefe de escuadra y poco después (1867) a teniente general (grado que rechazó alegando no considerarse merecedor de él), y fue elevado a vicepresidente del Almirantazgo. Recibió múltiples condecoraciones, fue nombrado hijo adoptivo por varias ciudades y elegido diputado a Cortes por La Coruña, e incluso se pensó en él para ocupar el trono en 1869 tras la Revolución de 1868, que había depuesto a Isabel II. Méndez Núñez rechazó la oferta y murió el 21 de agosto de ese año, según los médicos por las heridas recibidas en El Callao, aunque no faltó el rumor de que había sido asesinado. En 1883 sus restos fueron trasladados de Vigo a San Fernando (Cádiz) para que reposaran en el Panteón de Marinos Ilustres.
Comments