Calle Ribalta (Denominación por Acuerdo de 8 deFebrero de 1859).
Calle Conde de Aranda
Calle Sagrada Familia
Calle Ribalta y calle Conde de Aranda:
Denominación por Acuerdo de 8 de Febrero de 1859: ” Que se denomine calle Ribalta la que principia desde la Plaza de Santa Bárbara atravesando la calle Santo Tomás y la calle Tosquella hasta la Sequiota. ”(La Sequiota está actualmente bajo la acera oeste de la Ronda Magdalena). Se sustituyó este nombre por Conde de Aranda al nombrar las calles alrededor del Parque denominado Paseo de Ribalta).
Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda; (Siétamo 1719 - Épila 1798)
Militar y estadista español. Décimo conde de Aranda, fue enviado a estudiar a Bolonia, pero su decidida y temprana vocación militar le condujo a alistarse en el ejército español, en el que llegaría a capitán general de Valencia y Murcia. Anteriormente, y como embajador, sirvió en Lisboa, Polonia y París.
Después del motín de Esquilache (1766), Carlos III lo llamó a Madrid y le nombró gobernador del Consejo de Castilla, cargo desde el que inició el proceso que acabaría con la expulsión de los jesuitas en 1767, bajo la acusación de actuar contra el rey y organizar motines. A lo largo de los siete años que estuvo al frente del Consejo de Castilla, instauró una política reformista basada en los principios de la Ilustración con la que consiguió el aprecio popular y el elogio del mismo Voltaire.
Sus crecientes diferencias con Carlos III lo indujeron a solicitar la embajada de París (1773-1787). En su gestión diplomática consiguió éxitos tan sobresalientes como la firma del tratado de paz con Gran Bretaña (1783). De nuevo en España, hizo todo lo posible por favorecer la caída del conde de Floridablanca, por quien sentía profunda antipatía.
Cuando éste fue destituido por Carlos IV (febrero de 1792), Aranda fue nombrado secretario de Estado interino, y como tal tuvo que hacer frente a las difíciles relaciones con la vecina Francia, inmersa en la revolución francesa. El conde de Aranda sostuvo con firmeza una política de neutralidad que no tuvo arraigo, pues fue destituido a los pocos meses.
Le sucedió Manuel Godoy, que declaró la guerra a Francia y ordenó el arresto de Aranda, mientras se incoaba un proceso en el que intervino la Inquisición. En 1795, concluida la guerra con Francia, se sobreseyó la causa y se le levantó el confinamiento. Aranda decidió retirarse a la villa de Épila, donde murió.
Ocupó importantes cargos diplomáticos, militares y políticos y fue un gran reformador, siendo el acto que más le caracteriza, la expulsión de los jesuitas del territorio español, llevada a cabo sigilosamente en 1767.
Fundó la célebre fábrica de loza y porcelana de Alcora, que tanta importancia alcanzó por la bondad de sus productos y a sus desvelos se debe la construcción del monumental puente nuevo del Mijares, en la carretera de Madrid a Castellón.
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