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Foto del escritorCarlos Renau Merce

CARLOS BAYER ASARAU

Carlos Bayer Asarau. Castellón de la Plana, 11.02.1795 – 30.08.1860.

Brigadier y caballero laureado de San Fernando.


Era hijo de Domingo Bayer, abogado, y de Josefa María Asarau. Su padre, que ejercía la abogacía en Castellón cuando estalló la Guerra de la Independencia, fue juzgado y fusilado por las tropas francesas del general Suchet, en diciembre de 1811, por su intervención en la deserción de una compañía de soldados franceses. Su casa fue saqueada y la familia hubo de refugiarse en el Maestrazgo al amparo de los grupos de guerrilleros que allí actuaban.

Aunque destinado a seguir la carrera de las letras, Carlos se decidió por la de las armas y fue admitido en julio de 1811 como soldado voluntario en el Regimiento de Infantería de Ávila, en el que al mes siguiente obtuvo la gracia de cadete.


Formando parte del Ejército del Centro se halló en el mes de octubre en la batalla del Puig y en la defensa de Valencia hasta su capitulación en enero de 1812, cuando fue apresado y conducido a Francia.

El 2 de febrero de 1814 consiguió fugarse y se trasladó a Suiza y seguidamente a Holanda, donde embarcó para llegar a La Coruña en el mes de marzo, de donde se trasladó a Valencia para incorporarse en calidad de cadete al Regimiento de Voluntarios de Soria.

Tras obtener en mayo de 1815 el grado de subteniente pasó al Regimiento de San Marcial, con el que en septiembre tomó parte en la expedición a Francia con el Ejército de los Pirineos Occidentales.

En junio de 1817 fue trasladado al Regimiento Imperial Alejandro y en 1819 solicitó el pase al Ejército de Ultramar; se le concedió destino en el Regimiento de Hostalrich, en operaciones en costa firme. Desembarcó en enero de 1820 en Puerto Cabello y se presentó al general Morillo, que le concedió el empleo de teniente en el mencionado Regimiento.

El 10 de mayo de 1821 desembarcaron en Cambur cincuenta hombres con la protección de la artillería del buque que los había transportado, a los que Bayer se enfrentó con tan sólo treinta, dispersándolos, causándoles diez bajas y haciendo nueve prisioneros, a pesar de haber sido herido de bala en la cabeza. A continuación participó en la expedición a los Valles de Barlovento, en la acción de Caracas y en la toma de la Guaira.

Tras la batalla de Carabobo embarcó en la Guaira y se trasladó a Puerto Cabello, donde sufrió el sitio puesto por los insurrectos a esta plaza en el mes de junio, hasta que se trasladó a la península de Paraguaná y seguidamente a la provincia de Coro, tomando parte en enero de 1822 en la conquista de la Vela de Coro, acción que le dio el ascenso a capitán por méritos de guerra.

En marzo cayó su División derrotada en Chipare; entonces se retiró a los montes de San Luis y participó en mayo en el bloqueo de Maracaibo. En junio colaboró en la victoria de Dabajuro, y a continuación regresó por mar a Puerto Cabello, desde donde efectuó salidas sobre Valencia y partió con la expedición a La Guajira. En el mes de septiembre se hallaba en las acciones de Sinamaica, Río Limón, paso del río Socuy, Salina Rica y toma de Maracaibo.

En noviembre intervino en la batalla de Garabuya, durante la cual el enemigo realizó una descarga que causó la muerte a su jefe de Batallón y a la mayor parte de los jefes y soldados, teniendo su compañía más del cincuenta por ciento de bajas, lo que no fue obstáculo para que causara una grave derrota al contrario.

Las fatigas y privaciones de la campaña le hicieron enfermar, por lo que el general en jefe, previo informe de los facultativos, le mandó a restablecerse a la isla de Cuba, para donde partió en diciembre de 1822. Pero este cambio de clima no fue suficiente, por lo que se le recomendó regresar a la Península, donde desembarcó en el mes de agosto de 1823, pasando a la plaza de Castellón de la Plana en situación de licencia indefinida y posteriormente ilimitada.

En 1826 fue nombrado sargento mayor de la plaza de Castellón y a finales del año siguiente fue destinado al Regimiento del Infante, con el que prestó servicio de guarnición en las plazas de Tarifa, Algeciras, Málaga, Melilla y Sevilla.

En julio de 1834 se incorporó con su Regimiento al Ejército del Norte, con el cual entró muy pronto en operaciones e intervino durante ese año en multitud de acciones.

En 1835 destacó por su comportamiento heroico en la acción de Larraga, en la que, al mando accidental del 1.er Batallón, se encargó de cubrir la retaguardia de la División, que se retiraba desde Mendigorría a Larraga, conteniendo y rechazando los constantes ataques de Zumalacárregui, hasta que al llegar al puente sobre el Arga desplegó en batalla sobre la misma orilla, oponiéndose al paso de la infantería carlista; llegó un momento en que se le terminaron las municiones, a pesar de lo cual consiguió mantener el orden hasta recibir nuevas cargas. Su Batallón sufrió durante esta acción un mayor número de bajas que el resto de la División.

Se le solicitó la Cruz de 2.ª clase, o Laureada, por su heroico comportamiento, pero al no ser posible abrir el correspondiente juicio contradictorio, tan sólo se le concedió la Cruz de 1.ª clase de la misma Orden.

También se comportó con gran valentía días después en la acción de Arróniz, al mando de la Compañía de Cazadores. En julio ganó el empleo de segundo comandante en la batalla de Mendigorría; seguidamente peleó en las acciones de Sesma, Cirauqui y Mañeru, Guevara y Salvatierra, Estella y Montejurra.

En enero de 1836 intervino de forma destacada en la toma a la bayoneta de las alturas de Arlabán, consiguiendo que los dos Batallones del Infante ganasen la Corbata de la Orden de San Fernando y ganando para sí el empleo de primer comandante, que le fue concedido por segunda vez en el mes de marzo en Unzá, junto con una Cruz de San Fernando de 1.ª clase. Al mando de una brigada asistió a la persecución de la expedición del general Gómez, al que se enfrentó en el mes de noviembre en Majaceite, mereciendo, por ello, una tercera Cruz de San Fernando de 1.ª clase.

Peleó incansablemente durante 1837, hasta caer herido en el mes de septiembre en la acción de Andoain, en la que al cargar sobre las posiciones enemigas recibió el impacto de una bala de fusil en un costado, al tiempo que caía muerto su caballo.

En 1838 pasó con su Batallón a la provincia de Santander; en el mes de octubre se hallaba en la toma del puente fortificado de Udalla, y en enero del año siguiente, en la acción sobre Ampuero, Rasines y el citado puente, por la que mereció el empleo de teniente coronel y se le concedió otra Cruz de San Fernando de 1.ª clase por la toma de los fuertes de Ramales y Guardamino, acción en la que resultó herido de bala en un hombro.

Destinado al Regimiento del Príncipe, en 1840 operó con él en Navarra, desempeñando durante cuatro meses el cargo de gobernador militar de Estella.

En este año le fueron permutadas las cuatro Cruces de San Fernando de 1.ª clase que poseía por una de 2.ª clase, Laureada.

En 1842 fue ascendido a coronel, y se le encomendó poco después la creación del Regimiento de Asturias en Granada, donde en 1843 le sorprendió el alzamiento contra Espartero, al que no quiso unirse, por lo que fue suspendido en el mando y pasaportado a Jaén. Allí se unió al capitán general del Distrito, con el que partió para poner sitio a la plaza de Granada.

De Granada se trasladó a Córdoba, ocupó esta plaza y fue nombrado comandante general de la provincia.

En el mes de junio fue ascendido a brigadier y al mes siguiente al pasar el general Espartero por Córdoba camino de Sevilla, le agradeció su comportamiento y le anunció su próximo ascenso a mariscal de campo, pero la salida del Regente de España hizo que este ascenso quedase sin efecto y que no se le reconociese el de brigadier.

El cambio político causó que se le concediese la licencia ilimitada para Castellón, donde residió hasta que en junio de 1844 se le reconoció el empleo de brigadier y se le nombró comandante general de la provincia de Cáceres; en agosto se le encomendó el mando del Regimiento de Saboya, al que no llegó a incorporarse por haber sido nombrado senador por Castellón de la Plana en la legislatura 1844- 1845, a cuyo término se hizo cargo del mando del Regimiento en Valencia; en ese mismo año recibió la orden de trasladarse a Barcelona para actuar contra los que se habían sublevado con motivo de la operación de quintas. Fue sometido a consejo de guerra por creerse que no había actuado correctamente, aunque posteriormente dicho consejo falló a su favor.

Durante 1846 guarneció con su regimiento las plazas de Valencia y Murcia, y en enero del año siguiente fue elegido diputado por Castellón de la Plana y cesó en el mando del Saboya, causando baja en el cargo anterior en agosto de 1850, para volver a ejercerlo entre noviembre de 1850 y abril de 1851.

En julio de 1847 fue nombrado gobernador del castillo de Sagunto, cargo que abandonó cuatro años después para pasar a la situación de cuartel en Madrid.

Se le envió a Toledo en el mes de agosto de 1854, para restablecer la disciplina en el Colegio de Infantería, y una vez conseguido se le nombró, en el mes de septiembre, subdirector del Centro; ocupó este cargo durante los siguientes cuatro años, al mismo tiempo que el de gobernador militar de la plaza.

En julio de 1855 se trasladó a Castellón para tomar baños medicinales, por lo que fue relevado en el puesto de gobernador. En el verano de 1860 se encontraba en Benicasim cuando enfermó de gravedad y fue llevado a Castellón, donde falleció.

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