Calle Alloza nº13.
Edificio de diversos estilos entre medianeras, de planta baja y tres alturas datado, construido entre los años 1940 y 1942 siendo su autor José Luis Gimeno Barbería.
La planta baja ha sido modificada para local comercial, manteniendo los huecos originales. Toda esta planta comercial está chapada de piedra, el zócalo se marca con una moldura horizontal también de piedra.
La planta primera posee un mirador de forma poligonal y cinco paños, donde se abren a su vez cinco huecos (uno en cada paño) rectangulares, el central de mayores dimensiones, sin recercado. La carpintería es de madera y tan sólo se adorna con una pequeña barandilla de forja que acomete en el interior de las jambas. Desde la base del mirador hasta el hueco de la planta segunda se ha ornamentado el volumen y el hueco con una segunda piel que se recorta formando dibujos de aires regionalistas. El eje de cada hueco se corresponde en el entablamento del mirador con un alto relieve de forma geométrica, corriendo el resto de la cornisa un canalón de cinc que vierte en los cuatro vértices del mirador. En el sobrevolado una elegante rejería con las formas propias de la época sigue la poligonal de cinco lados, a él se abre un hueco recercado mediante moldura perimetral y un relieve de formas geometricas.
En la tercera planta se abren tres huecos, agrupados y de menores dimensiones, a modo de logia. Estos huecos están enmarcados conjuntamente por un motivo ornamental -dos siluetas de jarrones- a ambos lados, conectados por una cornisa con formas clásicas de ovas y flechas.
Se corona el edificio por una barandilla de balaustres cuyos machones, alineados con el eje de las citadas siluetas, culminan en pirámide truncada y bola escurialense. Es buen ejemplo de la primera Arquitectura de los años 40, con un gran trabajo en el tratamiento ornamental de la superficie. Tanto el mirador poligonal de cinco paños como la composición de la fachada, aunque con distinto lenguaje, son de referencia
reconocida en esta calle.
Algunas formas utilizadas pertenecen al código arquitectónico regionalista y recuerdan las soluciones utilizadas en la clínica “La Cigüeña” de la Alameda de Valencia.
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