Consuelo Ferrer Sánchez (Castellón de la Plana, 1912 - Castellón de la Plana, 2000) fue una pintora relacionada con los movimientos pictóricos del realismo y el impresionismo.
Consuelo Ferrer Sánchez ha sido esposa y madre de alcaldes de Castellón de la Plana. Se crió en un ambiente cultural propicio a la pintura, porque varios familiares, un tío y una tía pintaban y el marido era arquitecto y le gustaba dibujar.
Estudió en el colegio de las Carmelitas hasta los siete años, después pasó al colegio de Las Aulas donde empezó el bachillerato pero no lo terminó; Parece que por diferencias con un profesor. A los trece años abandonó el colegio y decidió aprender a dibujar y pintar a la academia del pintor Vicente Castell. Por la tarde asistía a las clases de corte y confección en casa de Paquita Doménech y de bordado en casa de Carmen, la bordadora. Sus inquietudes la hicieron también asistir a clase de trabajos manuales en casa Forcada.
Durante trece años asistió a la academia de Castillo. En aquella época, antes de la guerra civil, realizó numerosos dibujos a carbón y lápiz. Desgraciadamente no se conserva ninguna. Vicente Castillo le animó a pasar a la acuarela y al óleo.
Consuelo inició copiando obras del maestro Castillo y sólo en una ocasión pintó del natural, una salida al campo, en el paraje del río Seco. Los temas de sus cuadros eran: flores, paisaje y figura humana. Unas pinceladas seguras y gran colorismo destacan en los cuadros de figuras humanas y los claroscuros en escenas con aires teatrales.
La guerra civil y la marcha precipitada con su marido militar y arquitecto, la hicieron abandonar sus queridas pinturas y dibujos. Durante la contienda hizo la promesa de no volver a pintar; Sin embargo, pasados los años, cuando iba a Valencia serán frecuentes las visitas a la academia de Bellas Artes de San Carlos de donde era profesor el pintor castellonense Sanchis Yago. Consuelo asistía a las clases sólo por el disfrute de recordar la época de su juventud.
No abandonó la afición por la pintura en toda su vida, y para no traicionar la promesa realizada nunca volvió a pintar, pero tras el periodo de crianza de los hijos, en los años cincuenta, abrió una galería de arte en la calle de San Vicente de Castellón con el nombre de Garxolí, un personaje muy popular de la obra Tombatossals del escritor castellonense Josep Pascual Tirado.
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