EDUARDO CODINA ARMENGOT
- Carlos Renau Merce
- 15 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 abr 2024
Eduardo Codina Armengot (Castellón, 1908-1979).

Eduardo Codina Armengot nació en Castellón el 13 de febrero de 1908. Sus padres fueron el funcionario de Obras Públicas, Eduardo Codina Ballester, oriundo de Adzaneta de Albaida, Valencia, que contrajo matrimonio con Carmen Armengot Rubio, perteneciente a la distinguida familia de los impresores y papeleros Armengot, de gran relevancia social y comercial en Castellón.
Eduardo Codina Armengot, desde sus primeros años, fue alumno de la particular Colonia Educativa. Realizó sus estudios de Bachillerato en el Instituto Ribalta y se licenció en Filosofía y Letras, especializándose en Historia, en Valencia. Tras completar su educación, fue nombrado profesor en el Instituto de Écija, ciudad de la que se encariñó profundamente. Posteriormente, se incorporó al servicio militar como alférez provisional y participó incluso en la contienda civil, sirviendo en el frente de Teruel, con episodios poco gratificantes para su carácter pacífico y cordial.
De regreso a Castellón, llevó a cabo trabajos significativos en las excavaciones arqueológicas de Nules, donde se descubrieron vestigios romanos que hoy se pueden admirar en el Museo. También colaboró estrechamente con Juan Bautista Porcar en la realización de réplicas de las pinturas rupestres de las cuevas del Barranco de la Gasulla. Simultáneamente, impartió clases de Historia en las Escuelas Pías, en la Escuela de Artes y Oficios, y se dedicó a organizar el Archivo y la Biblioteca, desempeñando un trabajo arduo pero fundamental para el futuro, al igual que su labor como conservador del Museo de Bellas Artes. Poseía un dominio excepcional de los archivos de Castellón y del acervo de sus bibliotecas, hasta el punto de que, incluso por la calle, atendía cualquier solicitud de los habitantes de Castellón: "Creo que tengo algo de eso. Ven al archivo y te lo mostraré...". Como archivero local y provincial, forjó una sólida reputación de erudición.
Designado delegado provincial del Frente de Juventudes, se vio en la necesidad de mitigar ciertos roces y competencias con la organización hermana, aunque rival, de la Sección Femenina, cuya delegada en aquel entonces era Vicenta Moreno Dols. Curiosamente, resolviendo malentendidos y buscando consensos, se enamoraron y contrajeron matrimonio el 10 de noviembre de 1947, en una ceremonia discreta en Lledó. Carmen María, su única hija, y sus nietos Elena y Quico Monzó fueron su principal fuente de alegría.
Como delegado del Ministerio de Educación y durante la creación de la revista Penyagolosa de la Diputación, Eduardo Codina también fue reconocido académico de Historia, un hombre de letras, archivos, investigaciones y conocimientos, que evitaba las multitudes y se movía entre las gracias y las musas sin buscarlo. De forma casi inesperada, asumió el cargo de alcalde de Castellón el 18 de octubre de 1960, sucediendo a José Ferrer Forns, y poco después se convirtió en procurador en las Cortes.
La vida de Eduardo Codina como alcalde estuvo marcada por luces y sombras hasta abril de 1967, cuando fue reemplazado por Francisco Grangel. Uno de los desafíos más destacados fue la controversia en torno a la instalación de Fertiberia, luego de debates prolongados y contradicciones. Sin embargo, la llegada a Castellón de la refinería de Esso Petróleos se destacó como una gran noticia que ha tenido un impacto significativo en la capital y la provincia.
Los estudiosos prefieren recordar las obras de investigación de Eduardo Codina, que son como manjares exquisitos en las bibliotecas. Incluyen textos de conferencias que él mismo disfrutaba ofrecer, igual de sabrosos que el pan con miel. Codina escribió cientos de acotaciones y reseñas de obras de otros autores, rara vez firmando sus trabajos. Aunque se atribuyó la autoría de varios libros esclarecedores y profundamente informativos, su legado más perdurable será el Libro de cosas notables de la Villa de Castellón, del padre Rocafort, en el cual Eduardo Codina vertió muchos años de trabajo, meticulosa recopilación de datos y elaboración amorosa de referencias, dignas de un auténtico erudito.
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