Las tierras de la actual Marjalería, debieron ser las primeras que verían nuestros antepasados al llegar a la zona del llano, aunque conocerían mucho antes, que allí existía agua superficial en abundancia. En las zonas pantanosas el nivel del agua estaba más bajo que el del mar, con lo cual, el agua quedaba estancada por la conocida como “barra de restinga del Serradal”.
También en ciertos puntos existían una especie de promontorios o “pujols”, cuyas tierras, desde el siglo XIX se intentaron allanar para poderlas transformar en terrenos cultivables.
Una de las elevaciones más conocidas era la denominada Pujol de Gasset. Estaba situado en la partida de Patos, en el linde norte de la actual Avenida de los Hermanos Bou, junto al Colegio Público. El día 30 de agosto de 1851, se encontraban en aquel lugar unos jornaleros y encontraron una placa de plomo con una inscripción ibera que todavía no ha podido traducirse en la actualidad, pero que demuestra, sin lugar a dudas, la existencia en aquel lugar, de un poblado ibero en tiempos remotos. Aquella placa se hallaba a 1,50 metros de profundidad y fue el primer vestigio de escritura ibera hallado en España; es más, continúa siendo la inscripción más larga de cuantas se han localizado de la época ibera. Tiene una longitud de 44,5 centímetros de largo y una anchura de cuatro centímetros. Las letras están grabadas con un punzón y existen diecinueve palabras. Los expertos creen que esta placa data del segundo siglo a.C.
Después del hallazgo, la Real Academia de la Historia intentó, en vano, que se conservara el mencionado Pujol, así como otros existentes en la zona, por considerar que en aquella parte de nuestro término municipal pudo existir una zona poblada en la antigüedad.
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