Nació en Les Useres, el 20 de mayo de 1862. Desde muy pequeño destacó ya por su viveza y su buena predisposición para el trabajo y la negociación comercial. Por razones familiares, tuvo que trasladarse a los Estados Unidos a los 19 años. Trabajó en los más diversos y variados oficios y adquirió una notable capacidad vital. Todo afloró a su regreso a Castellón y pronto llevó a cabo la creación de un negocio de exportación de naranjas, con tanto acierto que, al poco, ya alcanzaba gran volumen, con almacenes en Castellón y también en Valencia y Almería. Sirvió de punta de lanza para que se invitara a Gimeno a formar parte de las más importantes empresas de la ciudad. También llevó a cabo transformaciones agrarias como la de Villa Dolores, con un nuevo y moderno concepto empresarial de la agricultura.
Participó en la empresa del Gas y creó una compañía naviera que canalizó la mayor parte de las exportaciones de frutas y cítricos en el Mediterráneo, al tiempo que fundaba la compañía de seguros Unión Levantina, de la que fue su primer presidente.
Casó en primeras nupcias con Dolores Nebot Valls, con quien tuvo dos hijas, una de éllas, Rosa, se casaría con el empresario norteamericano Ramón James Boera y formaron otra destacada rama familiar, de gran implantación en la ciudad. Al enviudar, cuando ya contaba 65 años de edad, contrajo nuevo matrimonio con Rosa Tomás Martí del que nacieron cuatro hijos, Amelia, Enrique, María Rosa y Juan José, herederos y continuadores, tanto la nueva cabeza de familia al fallecer el creador de la dinastía, como los hijos y los nietos. Y todos han venido siendo consecuentes a los primeros planteamientos familiares, es decir, necesidad de crecer hacia adelante, respeto y atención a los colaboradores laborales, capacidad de servicio a la comunidad o entorno geográfico donde se vive o se instalan las empresas comerciales, apoyo a las buenas causas y a las inquietudes artísticas y culturales.
Enrique Gimeno Tomás hizo también guiños a la política. Eran sabidas sus simpatías pro el partido Republicano de Lerroux y eso le llevó a ser Concejal y Síndico del Ayuntamiento, por primera vez en julio de 1897, en una etapa que duró más de diez años, apareciendo sus candidaturas siempre con los Salvador Masip, Joaquín Vicent, Ricardo Carreras, José Armengot, Julián Ruiz, los hermanos Gasset y hacia el final con Odilón Gironés, Juan Carbó y Gimeno Michavila. Volvió en 1931 con el primer ayuntamiento de la Segunda República y con él ya aparecen Manuel Peláez Edo, Conrado Marco y varios empresarios como Ezequiel Dávalos Segarra, Pedro Sancho, Tino Peña, Fernando Vivas.
Con Fernando Gasset y Joaquín Vicent creó el Banco de Castellón, cuyo primer director fue el padre de Sos Baynat. En el mismo edificio, donde hoy se ubica el Banco de Valencia, que absorbió como un hecho natural y lógico al de Castellón.
El 20 de enero de 1901 se creó la Cámara de Comercio y en la junta fundacional ya figuraba Enrique Gimeno como Secretario General, responsable de todas las áreas. El 2 de abril de 1902, tras las fecundas gestiones de Carlos González Espresati Chaparro, que fue el primer presidente, se constituyó la Junta de Obras del Puerto, con Enrique Gimeno de Vicepresidente. Y la sociedad de Fomento Agrícola, que había sido creada el 22 de diciembre de 1873, alcanza su eficaz consolidación como empresa de servicios en 1925, precisamente cuando Enrique Gimeno se incorporó como presidente del Consejo de Administración, en torno a aquel significado 30 de mayo en el que el general Primo de Rivera inauguraba las reformas del pantano de María Cristina.
Los apellidos Gimeno y Tomás son también en los últimos tiempos un sustantivo de primer nivel en el mundo de la construcción, el urbanismo y el turismo desde sus emblemáticos hoteles, agencias de viajes y residencias. Siempre para añadir; anotando el suma y sigue.
Además de su poderío agrícola y bancario, creó y desarrolló empresas marítimas y aseguradoras, como dice José Luis Gimeno en su libro de Las calles de Castellón. Impulsó la Fomento Agrícola Castellonense, abastecedora de agua potable a Castellón, contribuyendo a su crecimiento y a su protagonismo de capitalidad.
Falleció el 16 de febrero de 1947 y su entierro, con varias presidencias y muchísimas coronas, fue en verdad algo que se recuerda como muy sentido.
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