Del matrimonio formado por Sebastián Albella y Elisa Redó nacieron sus hijos Francisco y Elisa. Francisco nació el once de febrero de 1928.
Hizo sus primeros estudios y el bachillerato en el Colegio de las Escuelas Pías de Castellón de la Plana. Con posterioridad eligió la Facultad de Valencia para estudiar Medicina y se trasladó a Barcelona para especializarse en Urología en el Hospital Clínico de la Ciudad Condal.
Al regresar a Castellón, estableció su consultorio médico en la ciudad donde nació. Su facilidad para relacionarse le permitió contar con un buen número de amistades tanto de la capital, como en la mayor parte de poblaciones del resto de la provincia. Fue de esta forma como conoció a Maristela, hija del notario villarrealense don Magín Amigó, con quien contrajo matrimonio el día cinco de noviembre de 1957 en la Iglesia Arciprestal de la vecina localidad castellonense. De aquella unión nacieron sus cinco hijos: Sebastián, Alfonso, Francisco, José Manuel y María de la Estrella.
La popularidad y prestigio del urólogo Francisco Albella Redó hicieron que fuera nombrado presidente de la Excma. Diputación Provincial de Castellón, en julio de 1971, cargo en el que permaneció hasta octubre de 1975, siendo sustituido por Francisco Luís Grangel Mascarós. Así mismo, fue procurador en Cortes desde noviembre de 1971, hasta el once de noviembre del año 1975.
Jefe del Servicio de Urología del que hoy es el Hospital General de Castellón desde 1966 hasta 1988 y así mismo, presidente y patrono fundador de la Asociación Balaguer Gonell de la que continúa siendo presidente honorífico. Hoy en día continúa la saga urológica su hijo Alfonso. Ex escolapio y Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, especialista en Urología y Andrología por La Fundación Puigvert de Barcelona (Hospital de Sant Pau). De su matrimonio con Rocío Campesino Sánchez-Vílchez, hija de Antonio y Encarnación, nacieron Alfonso, Alberto y Rocío, tres de los quince nietos del eminente doctor don Francisco Albella Redó quien ha sabido transmitir a todos sus descendientes, el profundo sentimiento castellonense y “castellonero” que él siempre tuvo.
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