A mediados de la década de los años cuarenta del pasado siglo, el italiano de Udine Nini Zandomenego, instaló una novedosa heladería en la calle de Enmedio número 10 de nuestra ciudad. Aquel establecimiento significó una revolución en el mundo de los helados. En su permanente exposición de sus cremosos y exquisitos productos, se podían degustar un buen número de sabores que Nino y su esposa Fina Martí servían en los populares “pipos” durante una época en la que tan solo se podían saborear los helados conocidos como mantecados y solo durante el verano.
Además de esta sección situada a la entrada del establecimiento, en su parte interior, el Capri ofrecía su salón en el que un buen número de clientes asistían atraídos por su excelente expreso y un extraordinario ambiente en el que no faltaban futbolistas del CD Castellón, como Luís Serrano o Virgilio Badenes, junto con representantes de una sociedad en la que el fútbol y los temas locales constituían temas habituales en las tertulias de la ciudad. Era difícil no encontrar en la tertulia del Capri a personajes tan populares como: Jacinto Chermá, Pepe Sábat, Carlos Vidó, Mario Navarro, Manolo Añó, Tasio Flors, Ernesto Casas, Pepe Caballer, Miguel Prades, Vicente Petit, Paco Breva, los hermanos Alfredo y Pedro Viciano y otros jóvenes castellonenses tan populares en sus respectivas profesiones, como hábiles en la discusión de cualquier tema de actualidad, mientras disputaban sus habituales partidas de ramiro, subastat o chamelo.
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