Nació en Castellón el 21 de agosto de 1914. Alumno inquieto y brillante tanto en la Primera Enseñanza como en el Bachillerato cursado en el Instituto Ribalta, formó parte de la singular generación castellonense de los años 30. Ha sido, sin duda, uno de los vecinos de la ciudad más representativos del siglo XX.
No quiso integrarse en el entramado de los negocios famililares, una fábrica de Jaime Nos Ruiz hilados, comercios textiles, y marchó a Barcelona para estudiar ingenierías, con el propósito de independizarse. Y cuando una asignatura se le enredó en los momentos finales, se presentó a oposiciones de Aduanas, que ganó brillantemente y por las que se incorporó primero a Valencia y después en Castellón, desde 1935, cuando ya ejercía como auxiliar de redacción del Diario de Castellón. De aquellos años, es conocida su faceta de impulsor del cooperativismo católico agrario. Admiraba la obra y el pensamiento de Ángel Herrera Oria, fundador de El Debate, que sería ordenado sacerdote, obispo y cardenal. Sus gestiones propagandísticas desde una militancia católica de la ciudad, dejaron huella en una amplia generación de castellonenses.
Como tantos otros jóvenes de su promoción, también fue movilizado para la contienda civil y tuvo la mala fortuna de resultar herido. Su mano prácticamente inutilizada no sería obstáculo para que, con la otra, pudiera escribir a máquina con la habilidad y velocidad que exigía el periodismo de la época.
Como una continuación a Diario de Castellón, la cabecera de Mediterráneo apareció por primera vez el 16 de junio de 1938, dentro de la cadena oficial de prensa, pero no fue suficiente la excelente tradición periodística castellonense para que se mantuviera con fuerza.
En 1943 parecía ya cumplida su misión para quienes fueron vencedores de la contienda bélica, así que cuando parecía llegado su final, apareció la figura de Jaime Nos que, a sus 28 años de edad, convenció al gobernador Andino y éste a Madrid. “Por aquel entonces los diarios del régimen tendían a una agrupación regional, pero conseguimos justificarnos y hacer del periódico un buen escaparate de Castellón y sus inquietudes”, decía Jaime. Y seguía: “Me nombraron director interino y puede decirse que fuí periodista por casualidad”.
El 1 de noviembre de ese mismo año contrajo matrimonio con Maribel Llopis Rodríguez, fruto del que tuvieron cinco hijos, éllos y sus descendientes involucrados en la vida social de Castellón. Son Jaime Pablo, Fernando, José Manuel, María Isabel y Carlos.
Después, ya es sabido, su vibración humana y castellonera la permitió crear un estilo de ser periodista en Castellón, como dicen que fue con anterioridad José Castelló y Tárrega, fundador de El Heraldo, y como se ha señalado a Paco Pascual con el apelativo de hilo conductor, cerrando el siglo XX.
Gran conferenciante y excepcional charlista, su memoria prodigiosa la usábamos todos. Y muy influyente tanto para el diseño de una nueva calle y la divulgación de los méritos de un alcalde, como para el nombramiento de un nuevo entrenador futbolístico. Maestro de varias genraciones de periodistas, ofreció memorables artículos editoriales y fue el creador de numerosos extras del periódico en épocas de escaso papel y corta tirada, enfatizando siempre lo castellonero desde todas las facetas de la vida industrial, agrícola y comercial, festiva y cultural, también política y social con especial incidencia en los aspectos humanos de los castellonenses.
A los 80 años de edad, en la madrugada del 15 de mayo de 1995, falleció.
Fuente: Salvador Bellés
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