JOSÉ FERRER FORNS
- Carlos Renau Merce
- 26 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Nació en Castellón el 23 de agosto de 1912. Falleció el 27 de diciembre de 1985. Casado con Fina Ros de Ursinos, tuvo 4 hijos, Mercedes, Marisa, Reyes e Ignacio; 7 nietos, Enrique, Ignacio, José Luis, Merche, Marisa, Marta y Nacho, y 9 biznietos.

Hijo del morellano Tomás Ferrer y de la castellonera Pepa Forns, hija y nieta de los famosos Forns, médicos y artistas, también uno de ellos alcalde de Castellón, Antonio Forns Sánchez, en 1888 y 89. Amparo fue la única hermana de José Ferrer.
Licenciado en Derecho, pronto mostró gran interés por el cooperativismo agrario y normalizada su vida profesional después de la guerra, formalizó su relación con Fina Ros de Ursinos Bigné, de familia entroncada en la historia de Castellón. Contrajeron matrimonio en la entonces iglesia parroquial de San Agustín, el 19 de junio de 1941, casi enfrente de la hermosa casona de la “tía Sofía” que estaban restaurando y que hoy sigue siendo la casa de los Ferrer-Ros de Ursinos, donde han ido naciendo hijos y nietos.
Mercedes fue la primera, la nombraron Reina de las Fiestas de la Magdalena en 1960 y contrajo matrimonio con Enrique Martinavarro. Después llegó Marisa, que casó con Antonio Folch y que también vivieron de lleno las fiestas con la nena Marisa Folch Ferrer como reina infantil en 1979. La tercera, Reyes, es funcionaria en el departamento jurídico de Ruralcaja, ocupando uno de los despachos donde ya estuvo su padre hace 50 años. Y el pequeño, Ignacio, se casó con una chica de Salamanca, Marta Ortiz de Urbina y es el actual presidente de la Caja Rural de Castellón y de la Fundación San Isidro. Con unos y otros, incluidos los nueve biznietos, la familia está muy repartida en el tejido social de Castellón.
Cuando José Ferrandis era presidente, José Ferrer Forns se incorporó como abogado a la Caja Rural Provincial y de la Unión Territorial de Cooperativas del Campo, donde ascendió a director general en mayo de 1967, hasta que en julio de 1970 fue nombrado presidente. Tuvo la colaboración profesional de Ramón Oñate y Ramón Barberá en puestos de dirección y alta responsabilidad, también de Alfonso González Rubio. Fue tan esforzada y fecunda su gestión en todos esos años que, al cesar por imperativo estatutario, se le rindió un espectacular homenaje en junio de 1979, cuando se le impusieron las Medallas de Oro del cooperativismo provincial y de la Unión Nacional de Cooperativas del Campo. Ya estaba en posesión de otras distinciones, Caballero Comendador de la Orden de San Silvestre, Orden de Cisneros, Encomienda al Mérito Agrícola, Comendador de la Orden de Isabel la Católica y Medalla al Mérito en el Trabajo. Y en cada distinción José Ferrer recordaba siempre los honores que tuvo que rendir el 2 de diciembre de 1976 a los nuevos reyes de España, Juan Carlos y Sofía, cuando presidieron la inauguración de la nueva sede de la Caja, delegada del Banco de España para el negocio extranjero, en aquellos años. También recordaba las visitas de Francisco Franco, en octubre de 1957 y junio de 1958. Como alcalde, viajó por la ciudad en el coche descapotable acompañando al Jefe del Estado, quien preguntó si todo estaba previsto. “Tranquilo, Excelencia –dijo el alcalde–, me fío totalmente de los vecinos de mi ciudad”. También le tocó vivir la concesión a Castellón de la nueva diócesis episcopal, en julio de 1960, compartiendo gozo con don Carlos Fabra Andrés.
En su tiempo se puso en marcha la promoción turística de nuestra playa, se levantó el edificio de la Escuela Normal de Magisterio y el hotel y campo de golf en el Pinar. Venían nuevos vientos. Y el de la historia se llevó el campo del Sequiol... ❖
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