Desde Castellón, banda pionera del rockabilly revival en España, muy influenciados por el rockabilly británico.
Los King Crueles, una de las bandas pioneras en la introducción del rockabilly revival en España en la primera mitad de los 80, se forman en Castellón hacia el año 1983 en torno a su cantante, Miguel Benavent. Completaban la formación Paulino Rodríguez, Pauly, como guitarrista, Jorge Pérez a la batería y el bajista José L. Vives. Fuertemente influenciados por lo que se denominó british rockabilly (grupos como Matchbox, Flying Saucers y, especialmente, Crazy Cavan), y con una imagen muy cuidada, se fueron ganando un público en la incipiente escena de la época, ofreciendo muchos conciertos hasta que, en 1984 graban un tema, “July la Pantera”, que se edita en un recopilatorio de grupos castellonenses publicado por la Diputación de Castellón, “N-340” (Diputación de Castellón, 1984).
En diciembre de 1984 se deciden a entrar en los estudios Tabalet de Alboraia (Valencia) para grabar cuatro canciones que, finalmente, vieron la luz en forma de EP, “Los King Crueles” (Discos Medicinales, 1985), editado por Discos Medicinales al año siguiente. El disco se ha convertido en una referencia imprescindible para todos los aficionados al género en España, y en una grabación histórica, al ser uno de los grupos pioneros en la escena del rockabilly revival.
Ese mismo año registrarían la última de las canciones grabadas por la banda, “Rockabilly cruel”, realizada para el programa de TV A-Uan-Babuluba-Balam-Bambú de Carlos Tena. Desgraciadamente, no registrarían ya nada más. Rockin’Pauli, el guitarrista, abandona la banda y marcha a Valencia para fundar su propio grupo, Rock ‘n’ Bordes, que tendría bastante más repercusión y se convertiría en una de las bandas más importantes del género en España en los inicios de los 90, si no la más.
En 1985, Discos Medicinales edita el único disco que grabarían estos pioneros del rockabilly revival en España. Miguel Ángel Villanueva, responsable y fundador del sello, sería quien produciría este disco junto la propia banda. Un EP de cuatro canciones de rockabilly muy clásico, sencillo y divertido, en las que el grupo muestra claramente que sus influencias apuntan a la escena británica, hacia lo que se conoció como british rockabilly, y muy especialmente a Crazy Cavan & The Rhythm Rockers, banda legendaria que junto a otros grupos como Matchbox o Flying Saucers encabezaban el mencionado movimiento.
Así, si la hermana pequeña de Crazy Cavan, según su canción (“My little sister gotta motorbike“), tenía una motocicleta, aquí es el propio cantante quien se hace con uno de esos artefactos para ir dejando alucinado al personal en “El motorista desconocido“, una canción desenfadada de rockabilly británico casi de manual, que abre la Cara A del EP. Se completa la misma con otra canción, de contenido sexual un tanto ingenuo pero con cierta gracia, como es “Tengo algo” . La Cara B continúa con dos canciones que van en la misma línea, entre las que destaca el medio tiempo “No hay elección“.
Claro está que no inventan nada, pero se trata de músicos que no tocan ni cantan nada mal, y que tampoco tienen otras pretensiones más que divertirse imitando a sus bandas favoritas, además de contar con el mérito y el encanto innegables de estar abriendo camino a otras bandas que vendrían detrás.
Aunque la banda continúa con nuevos miembros, ya sólo funcionaría en directo, actuando regularmente hasta que se disuelven definitivamente a principios de los 90.
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