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Foto del escritorCarlos Renau Merce

MANUEL CALDUCH ALMELA

El apellido Calduch va unido de forma indisoluble a la ciudad de Vila-real desde que, a finales del siglo XIX, se estableciera en esta ciudad de Castellón el boticario Vicent Calduch Solsona, creador del famoso ungüento 'suavina', también conocido como 'ungüento de Vila-real'. Manuel Calduch Almela, el más joven de los hijos de Vicent, nació el 24 de marzo de 1901 en la ciudad de la Plana Baixa. Con el tiempo, fue convirtiéndose en uno de los hombres de ciencia más destacados que ha dado la ciudad castellonense. Lo hizo gracias a una carrera multidisciplinaria, en la que combinó la labor de farmacéutico con la botánica, área en la que se convirtió en uno de los expertos más destacados del país.




Calduch Almela estudió bachillerato en Castellón. Durante este período, combinó su trayectoria estudiantil con la práctica de deporte en el club fundado por su hermano Josep, el insigne Villareal C.F. Posteriormente, fue matriculado en el preparatorio de farmacia de Valencia. Siguiendo los pasos de sus hermanos, estudió farmacia en la Facultad de Barcelona. En 1923, Calduch obtuvo la Licenciatura de Farmacia en la Universitat de Barcelona, cuando tenía veintidós años. En la ciudad condal vivió también dos hechos esenciales en su trayectoria. El primero fue que, como consecuencia de la práctica habitual de deporte en un club de aficionados del Espanyol de Barcelona, pudo mantener su buen estado de forma, aspecto que le facilitaría posteriormente las excursiones y expediciones de investigación que haría con el afán de investigar la provincia de Castellón. El segundo, la amistad con Pius Font Quer, uno de los botánicos más importantes del estado español, que fue decisiva para que Manuel se especializara en botánica

Dos años después, abrió un establecimiento farmacéutico en la localidad castellonense de Almazora, comercio que mantuvo hasta la fecha de su muerte. La profesión le venía de tradición familiar, ya que tanto su padre como sus hermanos también ejercieron profesionalmente como farmacéuticos.

Su carácter, marcadamente extrovertido, y la humanidad y empatía de las cuales hacía gala, le llevaron a ser escogido juez de paz durante la Segunda República Española. El hecho de convertirse en una figura pública con implicaciones en política le conllevó enemistades políticas, especialmente después de la guerra civil. En 1939 sufrió la represión de la dictadura franquista, la cual le acusó de formar parte de una logia masónica y le inhabilitó de forma permanente de poder ejercer cualquier cargo público o de formar parte de los consejos de administración de empresas privadas.

Paralelamente a su carrera política, Manuel, sencillo, cordial, con pasión por el fútbol, los toros o los juegos de cartas, y con quien, según dicen, siempre se podía mantener una conversación amena sobre temas agrarios o científicos, siguió desarrollando su carrera como investigador en el ámbito farmacéutico. Sus aportaciones han derivado en preparados como los sellos de quinina o el antianémico Hemegenol, que ayudaron a erradicar las fiebres terciarias que eran endémicas de la zona, soluciones insecticidas de pelitre que fueron usadas como un remedio eficaz contra la sarna y otras afecciones parasitarias, antitusígenos y laxantes. Además, colaboró en certeras investigaciones médicas para la determinación del antibiótico más adecuado contra un tipo de hepatitis frecuente en el área de Castellón.


Calduch, además, era un auténtico entusiasta de la excursión científica y divulgativa. Su herbario logró más de 700 pliegues correspondientes a la flora valenciana, gracias a sus recurridos a pie por las sierras del Desert de les Palmes, de Les Santes, del Carbo i del Penyagolosa. Posteriormente, fue uno de los fundadores del Centre Excursionista de Castelló, y con el paso del tiempo, aceptó publicar un gran número de libros y estudios que fueron el fructífero resultado de estas prácticas. Una de sus principales aportaciones fue una notable monografía sobre el género Setaria. A pesar de sus descubrimientos, Manuel Calduch no quiso lanzarse al mundo de la divulgación científica hasta que en 1956 el Instituto Botánico Cavanilles, un organismo dependiente del CSIC, le otorgó una beca para realizar un estudio sobre la flora y la vegetación existente en la provincia de Castellón. Desde ese momento, se convirtió en uno de los principales divulgadores del ámbito de la botánica.

Su buena relación con Font Quer, con el botánico Oriol de Bolós y con otras eminencias del ámbito científico, como Rivas Goday o Sos Baynat, contribuyó a que Manuel tuviera un gran abanico de conocimientos en disciplinas muy diversas. Por lo que respeta a su faceta de botánico, la Unión Internacional de Ciencias Biológicas le encargó un ambicioso proyecto de estudio sobre les Illes Columbretes, centrado en sus aspectos geológicos, botánicos y faunísticos. Tras este proyecto, que le permitió incrementar ostensiblemente su herbario, el botánico y farmacéutico castellonense continuó trabajando en los islotes de la costa valenciana Benidorm y Tabarca y en Mazarrón (Murcia). En 1968, Calduch descubrió la Setaria adherentes, una especie desconocida hasta aquel momento. Decidió ponerle el nombre de fonrqueri en honor a su amigo y maestro, Pius Font Quer.

Manuel, quien es recordado con mucho de afecto en su ciudad natal, estuvo presente en las expediciones y excursiones de la Sociedad Excursionista de Castelló hasta sus últimos años. Publicó muchos de sus escritos en valenciano, y no sólo de carácter científico, sino que en 1960, publicó también un texto de alto calado literario llamado Enyor, en el que hacía una detallada descripción de la naturaleza y de la historia de su pueblo. Vila-real, que ha querido devolverle este favor, ha puesto el nombre de Paseo Botánico Calduch a una senda con una frondosa vegetación de umbría en el río Millars, de la cual Manuel Calduch era un auténtico apasionado.

Fuente: Universidad de Valencia.



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