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MEL Y CHISPA

  • Foto del escritor: Carlos Renau Merce
    Carlos Renau Merce
  • 13 dic 2023
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 11 ene 2024

Manolo Falcó, Chispa, y Francisca Llorens, Mel, y viceversa, tienen una historia en el espectáculo que arranca en 1972, “fruto de la casualidad porque al fallarme una pareja que iba a actuar conmigo en una función de Fertiberia, mi mujer se brindó a acompañarme”. “Ese día un mago que actuaba también en la función nos contrata para ir a Benavites”, relata Manolo.


Y así se fraguó la leyenda, y ambos se convirtieron en el dúo de polichinelas más popular de la provincia y de allende nuestras fronteras. Cuatro décadas recorriendo la piel de toro, de Tarrragona a la Línea de la Concepción, de Cuenca a Sevilla, pasando por Córdoba, Albacete, Zaragoza y Madrid, “con 260 actuaciones en un año y habiendo recorrido todos los pueblos de la provincia”, asegura Manolo Falcó. En constante reivindicación del concepto de payaso clásico; el del tropezón y tartazo en la cara, el de los diálogos absurdos y el de las conversaciones disparatadas entre el payaso listo de cara blanca (Mel) y el tonto de nariz roja, el augusto (Chispa), que en la mayoría de las ocasiones es más listo que su partenaire.


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Aficionados al teatro desde muy jóvenes, los payasos castellonenses Mel y Chispa, comenzaron su andadura allá por el año 1969, llevando la alegría y la ilusión (“El País de la Ilusión”, lo titulaban ellos) a todos los niños y niñas de Castellón y otros lugares de España durante más de 30 años.


Chispa, comenzó desde muy niño a recitar poemas en fiestas que se celebraban en el colegio donde estaba interno.


Mel, comenzó a actuar en el teatro desde muy joven con la compañía de teatro Grup Castàlia y cantaba en la Coral Polifónica demostrando grandes dotes artísticas.

Se conocieron en los ensayos del grupo de teatro Grup Castàlia donde Chispa también entró como actor.


Se casaron en 1963 y en 1969 decidieron llevar su afición a la profesionalización tras realizar un examen que los consideraba artistas profesionales, convirtiéndose en los payasos más conocidos por los niños y niñas de Castellón.


Su andadura, no se limita sólo a Castellón y provincia, sino que llevaron su espectáculo (“El País de la Ilusión”), por casi toda España, formado por más artistas como magos, malabaristas, cantantes y bailarines, teatro guiñol (que era elaborado manualmente por ellos mismos, tanto como el vestuario de las marionetas, como los decorados y guiones de los cuentos).


Sus actuaciones se representaban en plazas de pueblos, teatros, cines, patios de colegios, plazas de toros y en cualquier lugar donde se celebraba una fiesta o un evento.

Ahora están jubilados, aunque Chispa sigue realizando esporádicamente alguna que otra representación de poemas, chistes y alguna que otra actuación de payasos acompañado de su hija que hace de payasa “Chispita”.


Mel se ha retirado del todo, pero siempre acompaña a Chispa en todas sus representaciones y además se les puede ver juntos todos los años en navidad llevando la alegría, la ilusión y juguetes a los niños ingresados en el Hospital de Castellón y Vila-real.


Son miembros de la Asociación Movimiento Artístico “AMART”, demostrando que todavía siguen relacionados con artistas y el mundo del espectáculo y que el artista no se hace sino que nace y nunca muere.


¡¡¡¡¡Que nunca se apague la alegría de “EL PAÍS DE LA ILUSIÓN”!!!!!


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