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Foto del escritorCarlos Renau Merce

OBISPO CAPERO

Actualizado: 9 dic 2022

Fray Andrés Capero. Castellón de la Plana, 02.12.1646 – Valencia, 10.03.1719.

Carmelita descalzo (OCD), predicador real, general de la Orden, calificador del Santo Oficio, obispo de Lugo y electo de Teruel.

Miembro de una familia distinguida de Castellón de la Plana, el abuelo paterno fue labrador acauda­lado, con haciendas y tierras de labranza, y notario y familiar del Santo Oficio, y su hermano Pedro desempeñaba el cargo de alguacil mayor del Santo Ofi­cio de la ciudad de Palermo, que transmitió en 1713 a su hijo Antonio Capero.


Ingresó en el convento del Carmen Calzado de la villa de Valdemoro, en Madrid, y durante catorce años estudió en las facultades de Artes y de Teología de la Universidad de Valencia, donde presidió dife­rentes actos públicos y se doctoró. Maestro de Artes y Teología, calificador del Santo Oficio en la ciudad y reino de Valencia hacia 1678 y examinador sinodal de los obispados de Valencia y Tortosa, en 1680 era prior del convento carmelita de Nuestra Señora de la ciudad de Valencia, tras haberlo sido del convento de Recoletos de la villa de Onda. En 1682, el Rey, a con­sulta del conde de Aguilar, le nombra miembro de la Junta de Ministros encargada de visitar los propios de la ciudad de Valencia, y en 1686 fue designado pre­dicador real por sus dotes, tal como se exponen en la carta que Ginés Pérez de Alva Ponce de León dirigió a Francisco Marañón, secretario de la real capilla, en la que se indica que “predica con gracia, discreción y solidez [...]”.


Definidor de la provincia de Aragón, provincial de la Orden en Valencia, Aragón y Navarra, procurador y vicario general de su Orden, actuó como asistente general en Roma por las provincias de España, ele­gido por el Capítulo General el 8 de junio de 1686. A raíz de la supresión del cargo de vicecanciller del Consejo de Aragón, fue designado por la Diputación del reino de Valencia para representarla en la emba­jada enviada a Madrid para recabar el establecimiento de dicho cargo, en la que estuvo acompañado por el obispo de Huesca, en representación del reino de Ara­gón, y por el marqués de Arropit, comisionado por el principado de Cataluña. Durante su estancia en Roma y en Madrid —se dice— “se granjeó la amis­tad del Sumo Pontífice y del Monarca, quienes, reco­nociendo su alta sabiduría y grande virtud, y el gran concepto que se le tenía en la Orden, consultábanle asuntos de las más transcendentales importancias”.


General de su Orden, fue apartado del cargo du­rante la Guerra de Sucesión por su fidelidad a Fe­lipe V. Por este motivo, en el mes de diciembre de 1713 fue propuesto al Rey como candidato único, sin terna de la Cámara de Castilla, por el padre Ro­binet, para el obispado de Lugo y el día 8 de abril de 1714 fue consagrado obispo de esa diócesis en la parroquia de Santa María la Mayor de Castellón de la Plana por el prelado de Tortosa, Silvestre García, asistido por el obispo de Teruel, Lamberto Manuel López, y el obispo de Segorbe, electo de Jaén, Rodrigo Marín. El 3 de julio de 1717 fue propuesto al Rey por Daubenton, nuevo confesor real, como candi­dato único para el obispado de Teruel a consecuencia del rechazo de la plaza por fray Francisco Polanco de­bido a su mala salud, pero no llegó a tomar posesión puesto que falleció, hallándose de paso, en Valencia el 10 de marzo de 1719.


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