Pierre François André Méchain (Laon, 1744 – Castellón de la Plana, 20 de septiembre de 1804), dedicó gran parte de su vida al estudio de la geografia de nuestro planeta y a las mediciones que permitían conocer con exactitud sus dimensiones reales. Su trabajo se tradujo en un avance en concreto, en colaboración con otros científicos, que cambiaría para siempre la manera de entender el mundo: el Meridiano Cero o Meridiano de Greenwich.
Mechain era hijo de arquitecto y, desde muy joven encaró su vida hacia el estudio de las ciencias, las matemáticas y la astronomía. Trabajo para la Marina Francesa y fue miembro de importantes sociedades científicas como la ‘Royal Society’ británica o el ‘Bureau des Longitudes’ francés. Incluso descubrió 8 cometas y 26 objetos del cielo profundo.
Pero como decimos, Mechain se dedicó, sobre todo, al estudio del Meridiano de Greenwich, que cruza el término municipal de Castellón, diviendo en su imaginario trazado el Este y el Oeste de los mapas geográficos que todos conocemos. Este objetivo de conseguir las mediciones más exactas lo hizo recalar en Castellón, donde fue acompañado en sus estudios por los locales Francesc Aragó y Fausto Vallés.
Estuvo durante un temporada alojado en la casa del Baron de La Pobla Tornesa y recorrió nuestras comarcas estudiando el paisaje y las montañas que sirvieran como vértice de mediciones más exactas. Así, visitó la Mola d’Ares, la Sierra de Espadán o el Desert de Les Palmes en varias ocasiones.
Por cierto el descubrimiento y medición del Meridiano Cero, de Greenwich o de "Castellón", dio lugar al establecimiento del metro como unidad principal de medida del mundo occidental, siendo una de sus definiciones más aceptadas la de “la diezmillonésima parte del cuadrante del Meridiano Cero”.
Según algunos, Pierre Mechain murió por fiebre amarilla. Otros indican que fue por la malaria. Pero en lo que todos coinciden es que lo hizo en Castellón y que sus restos se depositaron en el antiguo cementerio de El Calvario, terrenos que hoy ocupa el Parque de Ribalta. Por eso, encontramos una escultura en la que se distingue la efigie del que fuera temporal, pero insigne y universal vecino de esta ciudad. Efeméride y paso vital que también tiene un recuerdo en la fachada de la casa del Barón de la Pobla, en la antigua ‘Calle del Agua’, hoy conocida como Plaza de Cardona Vives, con un placa cerámica que recuerda que uno de los padres del sistema métrico decimal, vivió y murió en Castellón, colocando, como consecuencia a Castellón en el centro del mundo.
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