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Foto del escritorCarlos Renau Merce

RAFAEL GUALLART CARPÍ


Hijo de Clemente Guallart y de Rosa Carpi, nació en Castellón el 28 de junio de 1898. Estudiante pulcro y responsable con gran inclinación para el dibujo y el cálculo, su meta parecía situada en su participación en temas empresariales de contabilidad y administración. Al morir el cabeza de familia, tuvo que acompañar a su madre a Onda con sus hermanos Clemente y Rosa y buscar el sustento en una fábrica de cerámica, el Bólido, donde se incorporó como

administrativo, en las oficinas.



Su inclinación por el arte, su natural capacidad para el dibujo, la curiosidad que siempre le acompañaba hicieron que, acabada su jornada laboral se pasara todas las tardes por el departamento de diseño de la fábrica, por el propio espacio de elaboración de los productos cerámicos y sin darse cuenta se convirtió en un experto en ese mundo de creación, desde la industria y la artesanía. Quiso pulir sus conocimientos prácticos y asistió a la Escuela Provincial de Cerámica de Onda como alumno, de la que después, ya casado, se convertiría en profesor de diseño y cerámica. Su pátina de sabiduría profesional le llegó a través de la Escuela de Artes y Oficios de Castellón con el arquitecto Francisco Tomás y el maestro de la pintura Vicente Castell, quienes casi le obligaron a que hiciera un curso de capacitación en la prestigiosa Escuela Masana de Barcelona.


Con certificados y diplomas en su cartera de trabajo, empezó a desarrollar su magisterio de modo reglado y oficial. La escuela de Onda , después ya en Castellón la de Artes y Oficios y finalmente la Escuela de Maestría Industrial, fueron escenario para sus muchos años volcado en la enseñanza como profesor prestigioso, dejando huella de sus saberes en decenas de alumnos de la provincia; sus tres hijos, los primeros. Había contraído matrimonio a los 26 años con Consuelo Ramos Budí y en su casa-taller de la calle Cervantes, detrás de la Caja de Ahorros, se criaron y aprendieron los niños Rafael, Alberto y Ferran. El mayor es el autor del mural cerámico de la plaza Violant d´Hongria y fue el más firme ayudante de su padre; Alberto es catedrático de dibujo y autor de carteles y obras pictóricas de gran relieve en la ciudad y Ferran es gran artista ceramista, que ejerce también como profesor y deslumbra con sus obras cerámicas.



El soñador del Pregó en las fiestas de Castellón, Manolo Segarra llamó a Rafael Guallart para que confeccionara carrozas y carros triunfales para aquellas cabalgatas de la inmediata posguerra, precursoras del magistral y trascendente Pregó que une cada año costumbres, danzas procesionales, trajes típicos, muestras de productos del campo y de la artesanía de Castellón y de todas las comarcas de la provincia, desde 1945 hasta nuestros días.


Una persona que ha estado 30 años construyendo carrozas, escenarios y decorados festivos y además gaiatas de gran impacto, es sin duda un creador desde la artesanía y el arte. Era admirable la realización de una crestería gótica conseguida con cartón, escayola y mucho trabajo. Rafael Guallart investigó en todo momento con nuevos materiales para la realización de las gaiatas. Probó el plexigás como sustitutivo del cristal, sin olvidar nunca la madera en la que mostraba su maestría como tallista. Trabajó después con la plancha de metacrilato. Hasta que aparecieron esos productos mágicos como el poliestireno o la espuma de propileno para llegar al popular porexpán, que ya se trabajó con bisturí y se modeló a gusto del artista. Con ello, Guallart deslumbró en 1945 con la gaiata de la plaza de la Hierba, coronada por un simbólico dragón sobre el escudo de la ciudad. Extraordinario.


Pero es que además daba lustre cada día a su carrera de ceramista, a su fecundidad como profesor. Ha quedado la huella de aquella imagen de la portalada de acceso en la avenida de Valencia a la fábrica de Diago, con la que colaboró durante algún tiempo, así como en la de los Valls. Y dejó los paneles cerámicos de los partidos judiciales en la plaza de la María Agustina, las cerámicas de Lledó, las de la Lonja del Puerto, sin desdeñar los encargos como los realizados por la familia del Marqués de Dos Aguas, que permitieron su penetración en el mundo del arte cerámico nacional.


Falleció en 1975.

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