A finales de 1919, un grupo de intelectuales y artistas castellonenses comenzaron a reunirse en el domicilio de Salvador Guinot, sito en el número cuatro de la calle Alloza de nuestra ciudad. Las reducidas dimensiones de la dependencia donde se celebraban los encuentros, hizo que los asistentes, al referirse a él, lo solían hacer con el nombre del “bochinche”. Pero en aquella reducida estancia se pusieron las primeras bases para impulsar la investigación y publicar trabajos históricos, lingüísticos y literarios de gran importancia.
Aquella especie de tertulia cultural culminó el 15 de marzo de 1920 con la constitución de la Sociedad Castellonense de Cultura. Su primera junta rectora estuvo presidida por Salvador Guinot Vilar, siendo los señores Carreras Balado, Carbó Doménech y Sánchez Gozalbo, los vocales fundadores y Luis Revest el primer secretario de la entidad. Dos meses después de aquella fecha, fue publicado su primer boletín al que siguieron otros, con periodicidad mensual, hasta el año 1922 y de manera bimensual entre 1924 y 1936.
Durante su primera etapa, en los boletines de la Sociedad Castellonense de Cultura participaron grandes personalidades de la cultura castellonense, como el sacerdote Manuel Betí, el pintor y escultor Joan Bautista Porcar, los profesores Luis Revest Corzo, Salvador Guinot Vilar y Vicent Sos Baynat y los ingenieros Carlos González-Espresati y Casimiro Meliá, junto con otros intelectuales valencianos. Su intervención culminó con la convocatoria de la Asamblea de Escritores Valencianos que intervino, de manera fundamental, en la finalización de la anarquía ortográfica en la que se encontraba el valenciano al iniciarse el pasado siglo.
El 21 de febrero de 1932, fue encargado el profesor Revest Corzo para que, con la colaboración del señor Salvador Gimeno, elaboraran las normas que fueron firmadas en diciembre del mismo año, por catorce entidades culturales y 61 personalidades, en el primer piso de la casa de los Matutano de la calle Caballeros, entonces sede de la Sociedad Castellonense de Cultura y en la actualidad, Museo Etnológico Municipal.
Aquellas Normas Ortográficas de Castellón o Normes del 32 fueron, sin duda, la aportación más importante de los componentes de la institución cultural castellonense que nació, hace 95 años y que en la actualidad, bajo la presidencia de Elena Sánchez Almela, sigue impulsando la investigación de trabajos históricos y literarios, a través de su boletín, considerado una de las publicaciones valencianas más relevantes en su género.
Actualmente forma parte de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL), centro vinculado al CSIC.
En 1986 recibió el Premio Cruz de San Jorge de la Generalidad de Cataluña.
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