Castellón de la Plana (nació 29-07-1928 y falleció 29-11-2000).
Nació Tasio el 29 de julio de 1928 en el número 20 de la actual calle de la Trinidad, entonces de Pi y Margall, esquina con la calle Salmerón, hoy de Navarra, donde se anunciaba la Casa Flors, primero de lápidas de arte y después de recambios para automóviles.
Fueron sus padres, Eustasio Flors de la Cruz y Vicenta Meliá Puig. Después de la guerra, la familia se trasladó a un piso de la Ronda Magdalena, esquina a la plaza de la Independencia, donde el señor Flors, que había sido también propietario de tres taxis, fue el encargado del surtidor de la gasolinera de La Farola.
Tasio era el pequeño de los cinco hermanos, el primer Eustasio, que falleció a los diez años, José, que fue prestigioso técnico de Aviación, Vicenta, profesora de trabajos manuales, y Amalín, a la que las generaciones actuales hemos conocido en Modas Delfina y en la compañía de su marido, Roberto Pérez de Heredia. Fue alumno del colegio Herrero, pero pronto asistió al estudio del escultor Tomás Colón, que le embrujó con el mundo de la creación artística. La familia le obligó a estudiar peritaje mercantil, pero su participación en juveniles exposiciones colectivas permitió que el gobernador Julve Ceperuelo lo apadrinara para conseguir una beca que le encauzó para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, desde 1948 a 1953, donde se encontró con el escultor Juan Adsuara, que tanto le enseñó, con el maestro de la acuarela, Pedro Vilarroig y con el poeta Bernat Artola, en quien se apoyó para conocer arte, artistas y vida bohemia de la capital. Vino a la sala Estilo para ofrecer su primera exposición individual, como principio ya de su muy amplio ciclo expositivo, con el espaldarazo de aquella librería y sala Sur de Santander, que le permitió ingresar en los circuitos mediáticos de la pintura, los pintores y las salas.
Mientras tanto y a través de San Fernando fue invitado por la Unesco para pintar y exponer en París. Y tuvo tiempo para residir tres meses en un campo de trabajo holandés como gesto solidario para paliar los efectos de aquellas inundaciones de los Países Bajos de 1953. Y también una temporada en Roma, en el colegio Español.
Después de una época fecunda con la talla en madera, en 1958 se incorporó al mundo de las fiestas de la Magdalena, diseñando las carrozas del Pregó. Y el 24 de mayo contrajo matrimonio con Amelia Gallo-Alcántara Gordo, la hija de don Mariano, el presidente de la Audiencia. Y todavía le dio tiempo aquel año para asombrar a Castellón con la decoración de El Capricho, de los Roca, al que seguiría el hotel del Golf, en el Grao.
El matrimonio se adornó con siete hijos. La primera fue la magdalenera Magda, nacida el domingo grande de Castellón de 1959, con Maritó Ribés y Ferrer Forns, reina y alcalde, como padrinos. Después vino Tatón, al que un accidente le segó una prometedora vida a los 29 años, y Perla, la que fuera Violant d´Hongria en 1979, y Cane, casada con Jesús Palos, Miguelo, Nacho y Nico, citados con los mismos apelativos con los que la sociedad de Castellón distingue con su cariño.
En 1979, el año del cero al cincuentasio del deslumbrante homenaje-exposición en el Casino, sufrió un grave accidente de tráfico, que le ha obligado a usar muletas. Y el 29 de noviembre de 2000, falleció lo mejor de su vida, su esposa Amelieta. Y en las puntas de la estrella de la vida, los éxitos como pintor de todos los colores del blanco, con cien exposiciones por el mundo. Y en la ciudad, murales, carteles de fiesta, portadas, carrozas para las cabalgatas del Pregó. Y el recuerdo para aquel atrevido cartel de juventud, obra palpitante en la que se anunciaba el primer baile de estudiantes de Castellón, en aquellos años cuarenta. Y los años juveniles de deportista en activo, tenis de mesa, hockey, tiro, rugby, que, ¡ay!, ya no volverán.
Tasio es para Castellón un ser humano de leyenda. Después de su primera etapa como excelente pintor y decorador, sus retratos por encargo le llevaron a chocar desde su independencia y libertad de ejecución artística con algunos de sus clientes. Y desde 1959 hasta 1969, abandonó la pintura y se volcó de lleno a la fabricación de muebles desde Muebles Tasio, Plan Mobel y Wilkann. El alto nivel de sus diseños, con la consecución del Premio Histórico del Mueble, no fue suficiente para satisfacer el axioma de calidad-beneficio. Sus ansias le motivaron para aprender correctamente el idioma inglés y una casualidad le llevó a enseñar a quien después sería Ministro de Educación de Islandia, nación en la que estuvo invitado durante siete meses de su vida, con sus acuarelas dando la vuelta al mundo, y la bandera de su arte excepcional ya reconocido en sus años de madurez. Con su alma blanca…, como el color de su obra pictórica.
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