Tomas Colón Bauzano (Castellón 30/11/1903- Argentina 27/12/1994).
Los primeros estudios le dieron la base para marchar a Madrid en su adolescencia y matricularse en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde al finalizar la carrera y en reñidas oposiciones ganó el premio Roma de escultura, otorgado por un jurado del que era presidente el insigne Mariano Benlliure. Se trataba de una beca del Estado para residir en la capital italiana, donde vivió, trabajó y compartió inquietudes y aprendizajes con otros artistas de la época.
Posteriormente viajó a Grecia, Francia y Alemania donde coincidió con Adsuara, que ya había tenido ocasión de acoger a su joven paisano en su estudio de Madrid.
De regreso a Castellón fundó la academia Forma con un socio singular: el poeta Bernat Artola, damunt de la mort, la vida, en aquellos años en que el dibujo y el diseño le ayudaban a olvidar su fustración como estudiante de arquitectura.
Es curiosos como la biografía de vivencias de Tomás Colón está muy próxima a tres grandes artistas nombrados con el tiempo Hijos Predilectos de Castellón: el citado Bernat, el escultor Juan Adsuara y el pintor Juan Bautista Porcar. El poeta fue como un bastón de apoyo en su academia de titularidad compartida; Adsuara su gran valedor en Madrid y Europa en sus años de estudiante. Porcar le impulsó para modelar la nueva imagen relicario de la Mare de Déu del Lledó en piedra alabastrina, que el propio sinyo Batiste se encargó de policromar en su estudio de l’hort de Victorino.
En 1932 Tomás Colón contrajo matrimonio con la muchacha castellonense María Bartual. Por aquel entonces ganó la plaza de profesor de la Escuela Provincial de Cerámica, en Onda, perteneciente a la Diputación. Posteriormente impartió clases en la Escuela de Artes y Oficios de Castellón. En 1940 hizo intentos como industrial en una fábrica de cerámica, mientras seguía cumpliendo sus encargos: vírgenes emblemáticas, hermosas maternidades, intencionadas alegorías aparecieron con fuerza en la sociedad castellonense, aunque fue a partir de la nueva etapa magdalenera, en los años 45, 46 y 47 cuando el escultor impactó popularmente con Castellón al ofrecer sus grandiosas gayatas, aquel hermoso canastillo de flores de la Gayata de la Ciudad y el monumental caballo de la Puerta del Sol, entre otras realizaciones festeras.
En ese tiempo ya pudo decirse que el maestro había enseñado el oficio y puesto brillo a las vocaciones de un grupo de alumnos en su taller de dibujo y escultura, precisamente en el mismo local donde Vicente Castell había enseñado dibujo y pintura a la anterior generación. En torno a Colón aparecen los nombres de Vidal Serrulla, Amelia Gimeno, Ximo Michavila, Tasio, Miralles, Ribera, Manolo Daufí, Tirado, Luís Prades y Álvaro Falomir, el último escultor que nos quedaba.
Pero hubo un momento en que el artista necesitaba más campo, mayor amplitud. En 1948 ganó el importante concurso de la fábrica Porcelanas del Bidasoa y se trasladó a Irún donde, al frente de la sección artística de la factoría, desarrolló una interesante labor que culminó con la ejecución de la obra emblemática que conmemoraba el cincuenta aniversario de la empresa: una preciosa talla de la patrona de la ciudad, la Virgen del Juncal, que todavía se admira en Irún.
En 1952 Tomás Colón se trasladó con su familia a Buenos Aires, de nuevo en busca de los grandes espacios donde tuviera acomodo la monumentalidad de sus obras. Allí creó una fábrica de porcelana artística y cerámica española, consolidándose con el tiempo como un empresario industrial. Y, aunque más espaciadamente, seguía llegando a Castellón desde Argentina el pálpito de su trabajo y sus creaciones, todo envuelto en el suspiro de sus añoranzas.
En su último viaje a Castellón propiciado por sus discípulos volvió a tener la necesidad de estar junto a su obra La dama del cántaro, acariciarla, pasar junto a ella en la galaería Art Dam, de Paco Puig, y sentir de nuevo el gozo de estar modelando el barro y transmitir a la materia informe su honda sensibilidad. En Villa Celina seguía esperándole, noventa años como él, María Bartual, su esposa, dos corazones latiendo en castellonero amor.
En Villa Celina, junto a Buenos Aires (Argentina), falleció a los 91 años Tomás Colón Bauzano el 27 de diciembre de 1994.
Como anécdota según recuerda su nieto Ximo Gresa Colón, en 1922 diseño el escudo fundacional del C.D. Castellón.
Sólo soy sobrino nieto. Mi abuelo, Germán Colón era primo hermano suyo. Saludos