Vicente Gea Mariño nació en Castellón en 1871, hijo de Vicente Gea Peiró y Elena Mariño Vidal. En el instituto de Enseñanzas Medias de Santa Clara terminó el Bachillerato y en la Universidad de Valencia se licenció en Medicina el 16 de junio de 1895, con alta calificación y una nota máxima del profesor Peregrín Casanova en Anatomía. Sus padres le propiciaron un viaje de ampliación de estudios a París, donde coincidió con el ilustre Jean Charcot y especialmente con el austríaco Sigmund Freud, el eminente neurólogo y psiquiatra. Gea regresó con una convicción, que después repetiría tantas veces. Y es que, según él, “el cincuenta por ciento del diagnóstico te lo da el enfermo, si lo dejas hablar”. Es el valor de una silla para sentarse y escuchar.
El nuevo médico se casó con Luisa Pérez Cabrera, artista e hija de un notable compositor. Pronto quedó viudo y se casó en segundas nupcias con Lía Uberos de Alcedo, la hija del Barón de Ribesalbes, matrimonio del que nacieron tres hijos: Vicente, Carlos y Lía. El mayor, también fue médico. Ambos establecieron la consulta de Gea Mariño como médico generalista, en su casa-jardín de la calle de Herrero, esquina con Moyano. Con la llegada del nuevo siglo, la ciudad, sus vecinos, vivían la euforia de un gran salto cualitativo. El alumbrado eléctrico público, las apariciones de la Caja de Ahorros y la Caja Rural, la nueva Junta de Obras del Puerto, la Plaza de Toros y el Paseo de Ribalta, el Hospital Provincial. Y entre esas y otras muchas apariciones mágicas, el médico Gea Mariño se afianzaba como un personaje imprescindible. Con una muy amplia clientela y gran número de igualas, se convirtió en el médico consultor por excelencia. Fueron noticia sus intervenciones en la enfermedad de un personaje tan notable como Gregorio Marañón. Vecinos de la época, aseguran también que en la casa del médico se vio muy a menudo al eclesiástico que con el tiempo sería el Cardenal Tarancón. Y a su amigo Enrique Gimeno Tomás y, de modo especial, a quien toda la familia conocía como ‘el tío Pepe Serrano’, es decir, Serrano Lloberas; el ingeniero director del Puerto, padre de los Serrano Suñer. La verdad es que todos los estamentos sociales, altos y bajos, eran atendidos por Gea Mariño. Hay que añadir a ello la importancia en su vida social que tuvo por sus varios años de concejal, de diputado provincial --fue dos días presidente de la Diputación-- y especialmente de directivo con mucho eco del Partido Republicano de Castellón, del que fue vicepresidente y secretario.
Con los vaivenes políticos de la época, Gea Mariño fue concejal del Ayuntamiento de Castellón por primera vez desde el 7 de julio de 1899, con el alcalde Joaquín Peris y los también concejales Gimeno Michavila, Gimeno Tomás y Ricardo Carreras entre otros, que seguirían en la Corporación al incorporarse Julián Ruiz como alcalde, quien nombró a sus propios concejales en enero de 1902, cuando ya se añadió al teatro de la vida municipal el muy significado Castelló Tárrega. Como síndico, siguió una y otra vez Gea Mariño. Eran unos años en que también fue nombrado alcalde Rafael Gasset y ya apareció José Forcada entre los primeros personajes. Todos esos nombres se fueron repitiendo hasta 1906. Al año siguiente, fue el patricio Salvador Guinot quien ocupó por primera vez la alcaldía. Volvería a ser alcalde muy destacado en la década de los años veinte, durante el directorio militar de Primo de Rivera y cuando ya había sido el paladín de la creación de la Sociedad Castellonense de Cultura. En el Colegio Oficial de Médicos hay el testimonio de sus años como presidente, una primera etapa desde 1919 a 1927 y otra de 1930 a 1932. El actual salón de actos y sesiones está presidido por un espectacular busto realizado por el escultor Adsuara. Aunque su huella más importante está en su familia, sus descendientes. De sus tres hijos, Vicente contrajo matrimonio con Pepa Bueso, que también tuvieron otros tres hijos: Lía, que casó con Ángel Bellés, Max, con María Antonia Martínez Dols, reina de las fiestas de la Magdalena de 1963, y Alexis, con Carmela Rallo. Por su parte, Carlos Gea Uberos contrajo matrimonio con la finlandesa Greta Laurila, cuyos hijos Vicente y Guy, se casaron con Elisabeth Vilander y Consuelo Valenzuela, respectivamente. Finalmente, Lía se casó con Juan Peña Andreu. Y sus hijos, Lía, con Horacio Marcos y Juan con Pepa Forcada.
Falleció en su ciudad natal en 1956.
A nombre de Gea Mariño estuvo un tiempo la calle ahora de las Tenerías.
En los últimos años, también hay en su homenaje una nueva calle entre la avenida de Valencia y la de Casalduch.
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